El martes recibí esta noticia por varias vías. FACUA denunciaba públicamente en su web que 3 mantequillas de Central Lechera Asturiana incumplían la normativa.
Antes de buscar la legislación me extrañó muchísimo por dos motivos:
1. Es raro que una marca como Central Lechera Asturiana cometa un error de ese calibre.
2. Es raro que nuestros sistemas de control y seguridad alimentaria hubieran fallado en algo así.
No es imposible… pero era raro.
El misterioso caso de la noticia de FACUA desaparecida
Ayer por la tarde me puse a buscar información sobre el tema. La sorpresa fue que el link que debía llevarme a la web de Facua denunciando la retirada había desaparecido y en su lugar redireccionaba a una noticia de jamones. Busqué «mantequilla» en el buscador de Facua pero la noticia había desaparecido.
Lo que sí encontré fue un tuit de Central Lechera Asturiana con esta aclaración.
La explicación según el Reglamento
La cuestión es entretenida, pero sencilla de entender siguiendo los pasos. En el Reglamento (UE) Nº 1308/2013 en relación a las materias grasas para untar, se indica que la mención «light» o «ligera» podrá utilizarse para productos que tengan un contenido de materia grasa inferior o igual al 62%, y podrán sustituir a las menciones «tres cuartos» y «semi» que figuran en el apéndice II de dicha norma.
Se puede entender por tanto que la llamada mantequilla ligera es equiparable a la mantequilla tres cuartos y semimantequilla (se definen con un contenido mínimo de materia grasa láctea del 60 % y máximo del 62 %, y mínimo del 39% y máximo del 41%, respectivamente).
Las mantequillas tradicionales no pueden contener determinados aditivos pero las semimantequillas y mantequillas 3/4 sí. Así que sí las mantequillas light cumplen los porcentajes del 60% y 40%, podrían incluir los aditivos
Visto el reglamento y por aquello de contrastar opiniones, rellené el formulario de solicitud de información de Facua para conocer su versión. A medio día me contestaron vía mail reconociendo que habían cometido un error. También me lo confirmaron por vía telefónica.
Me surgen varias dudas
1- ¿Cómo es posible que antes de lanzar este comunicado y hacer estas acusaciones Facua no haya contactado con la empresa afectada? Quizá de haber hablado con ellos, les habrían explicado amablemente que cumplían la legalidad y Facua se hubiera ahorrado este bochorno.
2- ¿Cómo es posible que antes de lanzar este comunicado y hacer estas acusaciones Facua no haya comprobado que hay otras marcas que también incluyen aditivos? La mantequilla ligera de Arias o la de Mercadona también los incluye. Puestos a señalar con el dedo acusador, acusemos a todos, ¿no? ¿Por qué unos sí y otros no? ¿Acaso no se les ocurrió mirar que otras podrían llevarlos?
3- ¿Cómo es posible que después de haber metido la pata hasta el fondo el martes, hasta el viernes por la tarde FACUA no haga una rectificación y que ni siquiera se disculpe en la misma? Ante unas acusaciones tan graves y en el mundo en el que vivimos, ¿no es posible agilizar los mecanismos para disculparse? En el mismo momento en el que ayer Central Lechera Asturiana puso su tuit, lo elegante y coherente en su misión de proteger a los ciudadanos hubiera sido rectificar y pedir disculpas.
Con FACUA llueve sobre mojado
Recordemos la garrafal metedura de pata cuando alarmaron a medio país con los efectos secundarios del Dalsy denunciando que incumplían las normas del prospecto. Pocos días después tuvo que salir el Ministerio de Sanidad con una nota informativa a enmendarles la plana porque el prospecto era perfectamente legal y había que tomarse algo así como 8 botes de Dalsy para tener los efectos secundarios.
Desde aquí lanzo una petición de prudencia a las asociaciones de consumidores para no alarmar innecesariamente a la población y generar desconfianza en nuestros sistemas de control. Proteger a los consumidores TAMBIÉN es no alarmarles de manera imprudente.
Creo que a nadie nos haría ninguna gracia que nos acusaran erróneamente de cometer un fraude con el consiguiente daño a nuestra imagen. Seamos responsables. Los derechos de los consumidores son importantes, pero los de las empresas también.