Comer insectos es legal… y rico en proteínas.
El pasado uno de enero entró en vigor el Reglamento (UE) 2015/2283 relativo a los nuevos alimentos para regularizar el consumo de insectos en España. Pocos meses después, desde el pasado lunes 17 de abril, los primeros bichos listos para comer ya están aquíííííííí…
Ya, no sé si dan más miedo los insectos o yo. Bueno, sí lo sé.
5 preguntas que te harás antes de comer insectos
1. ¿Los insectos son nutritivos?
Contienen proteínas (similares a la de la soja), fibra y grasas de las consideradas «buenas» (principalmente monoinsaturadas y poliinsaturadas). Es de cajón que dependiendo del tipo de bicho (no es lo mismo comer una oruga que una hormiga) predominarán un tipo de nutrientes u otros. También son ricos en micronutrientes como cobre, hierro, magnesio, fósforo, manganeso, selenio y cinc.
2. ¿Es seguro comer insectos?
Si la cría, el procesado y la conservación se realizan en un entorno controlado, no tendría por qué existir riesgo para el consumidor. Sí es probable que por las características de su composición el consumo de insectos pueda estar vinculado a otros potenciales problemas como la aparición de alergias, similares a las alergias por consumo de marisco. Puede profundizarse sobre los riesgos del consumo de insectos en el informe emitido por la EFSA.
3. ¿A qué saben los insectos?
Ugly but tasty. Así se titula una revisión sistemática publicada apenas hace dos meses analizando la seguridad de comer insectos.
Si fuéramos capaces de vencer nuestros prejuicios descubriríamos que, según algunos catadores, las hormigas tienen un irresistible sabor dulce. Tampoco se descarta que ciertos catadores también fumen algo antes de llevar a cabo lata ya que también afirman que las orugas de polillas recuerdan al arenque, que las larvas de libélula tienen un nosequé que quéseyo a pechuga grasa con piel…. y aquí va lo gordo: que las avispas recuerdan a las semillas de pino. Insisto, aunque no sé qué tipo de semillas manejan los catadores, bromas fuera, la textura y sabor no tendrían por qué disgustarnos sino todo lo contrario.
En cualquier caso ahora todos estamos pensando en comer unos escarabajos como si fueran pipas, pero otros usos, como la fabricación de harinas y piensos son técnicamente viablse, y en diversas partes del mundo ya hay empresas dedicadas a ello. Para la acuicultura y la alimentación de las aves de corral es una alternativa más que interesante.

4. ¿Son baratos?
Tienen lo que se llama una “alta tasa de conversión de alimentos”. Para producir la misma cantidad de proteína los grillos necesitan seis veces menos alimento que el ganado, cuatro veces menos que las ovejas, y dos veces menos que los cerdos y los pollos de engorde. Además, pueden utilizarse residuos de distinta clase como materia prima para alimentarlos.
5. ¿Por qué tanto empeño en comer insectos?
En nuestro entorno, donde no existe ningún tipo de tradición ni cultura gastronómica de la entomofagia, los motivos para fomentar su consumo están relacionados con la sostenibilidad. A lo comentado en el punto 4 añadimos que emiten menos gases de efecto invernadero y amoníaco que el ganado convencional. La FAO los apoya con fervor.
PERO… psicológicamente generan rechazo
Hay quien opina que se incorporarán con facilidad a nuestra dieta. Argumentan que antes no sabíamos lo que era el sushi o un tartar y ahora estos platos están completamente incorporados a nuestra gastronomía. Yo no lo veo tan sencillo. Es cierto que la carne o el pescado crudo inicialmente generaban un rechazo que hemos superado con bastante éxito, pero no dejan de ser carne o pescado: alimentos conocidos que ya consumimos.
El caso de los insectos, que muchas personas relacionan a la suciedad o a la transmisión de enfermerdades, me recuerda más al de la casquería, que se resistie a gran parte de la población. Podría decirse que comer sesos, hígado o riñones es algo «muy nuestro», pero sigue sin terminar de cuajar. Los zarajos, por ejemplo, son un plato típico conquense (tripas envueltas en un palo) que genera rechazo incluso en muchos conquenses. Y tres cuartos de lo mismo con los callos a la madrileña.
Opinión de la boticaria
Creo que aceptar hormigas como snack de compañía va para largo en nuestro país. Sin embargo, sí veo más cercana la aceptación de los insectos en productos como harinas. Por un lado la industria verá una alternativa a precio interesante. Por otro, el consumidor puede estar más dispuesto a aceptarlo (aunque sea por aquello de ojos que no ven, corazón que no siente). En cualquier caso, según la FAO, en 2050 y al ritmo que vamos, las vamos a pasar canutas para poder alimentarnos todos. Así que relájense y disfruten porque los insectos acaban de aterrizar y lo han hecho para quedarse.
Y para ir abriendo boca os dejo con las moscas, inevitables golosas, de Serrat:
Bibliografía:
Posición de la FAO acerca del consumo de insectos: http://www.fao.org/docrep/018/i3264s/i3264s00.pdf
Situación de los insectos para la alimentación humana por la AEMPS: http://www.aecosan.msssi.gob.es/AECOSAN/docs/documentos/seguridad_alimentaria/gestion_riesgos/INSECTOS_ALIMENTACION_.pdf
Informe sobre el riesgo de consumo de insectos por la EFSA: http://onlinelibrary.wiley.com/doi/10.2903/j.efsa.2015.4257/epdf
Insects as Human Food; From Farm to Fork. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/29288490
Edible insects are the future? https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/26908196
Ugly but tasty. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/27008043
Imágenes: Wikimedia Commons