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Guía del Nutriscore: ¿cómo funciona el semáforo de los alimentos?

Nutriscore

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El Nutriscore, conocido también como etiquetado frontal de calidad nutricional, se presentó en 2018 como un sistema de clasificación de los alimentos según estos sean más o menos saludables.

[su_quote]❌ Pero a día de hoy está dando mucho que hablar, sobre todo a raíz de haber puesto una «mala nota» a alimentos como el jamón ibérico y el aceite de oliva virgen extra.[/su_quote]

Descubre qué es el Nutriscore

Así que hermosas y hermosos, hoy voy a explicaros todo lo que debéis saber sobre el semáforo de los alimentos, llamado «Nutriscore», y por qué mira con tan malos ojos estas joyas de la dieta mediterránea.

¡Arrancamos!

🚦 ¿Qué es el Nutriscore?

El Nutriscore es una herramienta que se ha diseñado con el objetivo de traducir y simplificar el jeroglífico que suponen muchos etiquetados de los alimentos.

Se le atribuye coloquialmente el nombre de «semáforo» porque este sistema clasifica los alimentos en cinco colores que evolucionan progresivamente desde el verde (más saludable) hasta el rojo (menos saludable). 

El símbolo del Nutriscore se colocará de forma frontal en los envases y, de este modo, el consumidor podría conocer de un vistazo si un producto es más saludable o no.

En teoría, claro está. Ya veremos por qué.

¿Cómo decide Nutriscore qué valoración tiene cada alimento?

Como casi todas las cuestiones relevantes en nuestra vida moderna, la decisión se basa en un algoritmo. El sistema distribuye puntos en función de la composición nutricional por cada 100g del producto. Este algoritmo valora:

✅ Los elementos considerados como “desfavorables”

Desde el punto de vista nutricional: composición en calorías, azúcares simples, ácidos grasos saturados y sodio.

❌ Los elementos considerados como “favorables”

Proteínas, fibras y porcentaje de frutas, verduras, leguminosas y frutos secos.

El resultado es que las frutas, verduras y los alimentos basados en cereales están en las primeras clases de la puntuación (A, B, C) mientras que los snacks, dulces y salados se sitúan en las últimas (D, E).

¿Cómo decide Nutriscore sus valoraciones? Algoritmo:

¿Nutriscore se ha diseñado en base a la evidencia científica?

Se desarrolló en 2005 por un equipo de investigación de Oxford y fue validado por la FSA (Food Standards Agency).

La OMS también ha valorado positivamente Nutriscore.

En resumen: han realizado numerosos estudios y han concluido que las personas que consumen alimentos con puntuaciones más altas en Nutriscore, mejoran la calidad de su cesta de la compra.

Algunos estudios muestran que NutriScore genera una mejora nutricional de +9,3% de la media de las cestas de la compra de los participantes, mientras que las mejoras de otros sistemas varían de 2,9 al 6,6%. Y algo importante: esta ventaja del NutriScore se hace visible cuando se analiza el comportamiento de los consumidores que compran los productos más baratos.

Sin embargo, algunos de estos estudios no han tenido en cuenta aspectos fundamentales como que la mejora de la salud puede venir, no tanto por los alimentos que incluyen Nutriscore como por los que no llevan etiquetado frontal (los frescos).

RECOMENDACIÓN 👇

 Para conocer los estudios que validan su uso, puedes visitar este artículo de la Revista Española de Nutrición Comunitaria donde están recogidos y explicados con detalle.

Ventajas y desventajas del Nutriscore

Vamos por partes:

✔️ Beneficios del Nutriscore

En mi opinión, la principal ventaja es que muchos de los alimentos ultraprocesados ricos en azúcares y grasas van a tener puntuaciones del tipo D y E y será fácil identificarlos.

Y no es poco. Es decir: una palmera de chocolate va a tener esa baja puntuación por muchos supuestos ingredientes funcionales que quieran añadirle, y esto deja menos margen al marketing pseudocientífico.

Las declaraciones nutricionales pueden empezar a ser sonrojantes en algunos productos. Podemos ver ejemplos de esta web francesa, ya que en Francia este sistema está aplicándose el Nutriscore hace tiempo 👇

Nutriscore de los ultraprocesados

❌ Inconvenientes

Por el contrario, el inconveniente es que hay algunos productos sobre los que se puede crear confusión.

Por ejemplo ya hace tiempo que se empezó a hablar del aceite de oliva, que podría tener baja puntuación al tener un elevado porcentaje de grasa. Y nuestros temores se han confirmado, aunque finalmente por otras causas que veremos luego.

Sin embargo, un producto ultraprocesado puede tener la misma categoría del aceite de oliva y esto puede llevar a confusión.

También puede confundirnos que algunos productos, como los cereales azucarados, queden «en tierra de nadie», cuando en realidad su consumo no es aconsejable.

nutriscore cereales

¿Cómo utilizar correctamente Nutriscore?

Aunque idealmente se planteó como herramienta universal, para minimizar los inconvenientes de Nutriscore es importante utilizar la puntuación solo para comparar los alimentos dentro de un mismo grupo.

Es decir, no comparar la puntuación de un yogur con unos cereales, sino tener en cuenta las distintas valoraciones que tengan los yogures por un lado, y las de los cereales por separado.

Esto supone un inconveniente porque si uno interioriza que una puntuación D es “negativa”, es negativa siempre, no “menos mala” dependiendo de la categoría.

¿Por qué critican los nutricionistas el Nutriscore?

Hay bastantes motivos por los que está recibiendo críticas.

Quizá el hecho de que el aceite de oliva haya tenido que ser “indultado” y excluido del Nutriscore debido a su baja puntuación ha sido el detonante para que muchos profesionales hayan puesto de manifiesto su desacuerdo. 

Como veremos más adelante, el algoritmo da un peso desigual a distintos ingredientes y nutrientes que hace que la “nota final” de los productos no se corresponda con la realidad.

¿Es necesario un ‘semáforo de los alimentos’? ¿Qué esconde la ‘letra pequeña’ de los alimentos?

Esconder esconder… No esconde nada. No es verdad que haya ingredientes ocultos, y además es obligatorio por ley que todo lo que lleva un alimento esté reflejado en la lista de ingredientes.

[su_quote]El problema es que hecha la ley, hecha la trampa. En la lista de ingredientes puede poner “dextrosa” y tú no saber que eso significa “azúcar”, y puede poner “E-621” y tú no saber que es glutamato monosódico”. Leer etiquetas es lo más parecido a descifrar un jeroglífico.[/su_quote]

Todo esto por no hablar del tamaño de la letra, que aunque este aspecto esté marcado por ley, si ya vas a entrando en una edad, directamente ni lo miras. Por eso puede ser útil lo que se conoce como “etiquetado frontal”.

Es decir, que en letras o símbolos muy grandes en la parte principal del envase, no en la parte de atrás ni en una esquinilla, los fabricantes indiquen de forma muy clara y directa si un alimento es saludable o no.

¿Está implantado ya el Nutriscore en los productos a la venta?

De momento en España es voluntario y no se prevé que hasta finales de 2022 o 2023 se implante de manera generalizada.

Lo que pasa es que muchas empresas ya lo están haciendo para adelantarse, y es importante conocerlo porque ya mismo nos podemos encontrar el semáforo en los productos cuando vayamos al supermercado.

🥗 ¿Los alimentos en verde son los buenos y los que van en rojo son los malos?

Así es, el semáforo nutricional clasifica los alimentos en cinco colores que evolucionan progresivamente:

  • Desde la A, el verde (más saludable)
  • Hasta la E, el rojo (menos saludable)

Pero hasta llegar al rojo de “peligro no tocar”, tenemos:

  • Verde clarito (la B)
  • Amarillo (la C) 
  • Naranja (la D)

En últimos estos alimentos es donde está la polémica, porque entre ellos puede no haber mucha diferencia, apenas unos miligramos de algunos ingredientes arriba o abajo. Y esto, amigos, como casi todas las cuestiones relevantes en nuestra vida moderna ¿sabéis quién lo decide? ¡Un algoritmo!

Pero no os asustéis…En realidad el algoritmo funciona de manera similar al de Instagram. En Instagram si tienes muchos likes, muchos comentarios y muchas visualizaciones, el algoritmo te favorece, ¿no? Pues aquí igual, solo que en este algoritmo los likes son la fibra, la fruta, la verdura… Cuanto mayor proporción tengas un alimento de estos ingredientes, más popular eres y mejor te puntúa.

¿Cómo funciona el algoritmo de Nutriscore?

El sistema distribuye puntos en función de la composición nutricional por cada 100 g del producto. El algoritmo valora:

✅ Los elementos considerados como “favorables”:

  • Proteínas.
  • Fibras.
  • Porcentaje de frutas, verduras, legumbres y frutos secos.

❌ Los elementos considerados como “desfavorables”:

  • Cantidad de calorías.
  • Ácidos grasos saturados
  • Azúcares simples.
  • Sodio (sal).

Hay algunos matices en función de si el alimento es una bebida o si es sólido, pero el resultado es que en función de que haya más ingredientes de un lado de la balanza o de otro, se reparten los puntos que van de -15 a 40.

En este caso cuantos más puntos tienes es “peor”, y a partir de 19 puntos ya te vas a la casilla del rojo.

¿Se puede «engañar» al algoritmo de Nutriscore?

El sistema no es perfecto. Aunque tampoco se ha inventado ninguno que lo sea, ojo. Un objetivo del Nutriscore, como decíamos, es que como ningún fabricante obviamente va a querer que sus galletas tengan un disco rojo.

Esto le forzaría de alguna manera a reformular sus productos. Sería como obligarles de una manera indirecta a que se pongan las pilas si no quieren suspender.

Pero en la práctica, es cierto que si conocemos los secretos del algoritmo, con pequeños cambios un producto puede cambiar de la D (naranja) a la C (amarillo) y en realidad seguiría sin ser saludable.

¿Cuáles son los «secretos» del algoritmo de Nutriscore?

Los conozco yo y los conoce por supuesto la industria. Y a partir de ahora quiero que también los conozcáis vosotros para que no os dejéis llevar tanto por si un producto tiene una B o una C porque al final, nos estaremos engañamos a nosotros mismos.

👉 Entonces, ¿podríamos por ejemplo hacer que las galletas parezcan buenas?

Más bien podemos hacer que parezcan menos malas. Para entenderlo volvemos al algoritmo de Instagram. Imagina que en Instagram porque te dé like alguna persona en concreto, por ejemplo tu prima. Te puntuaran mejor.

¿Qué harías? Decirle a tu prima que te diera like siempre, ¿no? Pues “la prima” del Nutriscore es la fibra. Con un porcentaje en torno al 4-5 % de fibra, el algoritmo te da la mejor puntuación sobre la fibra.

¿Y esto es mucho o poco? Pues si tenemos en cuenta que las legumbres, los alimentos integrales, algunos frutos secos tienen un 10 % aproximadamente, que con un 4 % ya te den la matrícula de honor es, llamémoslo así, generoso.

Esto va a permitir que añadiendo poca cantidad de fibra, un alimento salte de un escalón amarillo a uno verde aunque tampoco sea muchísimo mejor.

👉 Y te dirás: «bueno, pero si lleva más fibra, será mejor, ¿no?»

Pues sí, eso es innegable. Y oye, si todos los fabricantes pusieran un poco más de fibra y disminuyeran un poco el azúcar para mejorar su algoritmo, en el fondo sería bueno. Pero si no comemos alimentos sin semáforo, insisto, frutas y verduras, esto no tiene por qué cambiarnos la vida. Comiendo galletas con un poco más de fibra igual no ganamos demasiado.

👉 Pero si las galletas llevan azúcar no puede salir una buena nota…

Y tampoco tiene que salir una muy mala. Como explica el químico Luis Jiménez que ha hecho una revisión interesante sobre Nutriscore, hay mucha «manga ancha» con el azúcar.

Para que el algoritmo “castigue” a un producto con la máxima penalización, debe tener un 45 % de su peso en azúcar. O sea, que como el producto tiene que ir hasta las trancas de azúcar para considerarlo como malo-malo, la industria tiene cierto margen para añadir azúcar y sin embargo no aparecer en rojo.

¿Hay algún ingrediente que penalice especialmente en Nutriscore?

Pues por ejemplo, penaliza mucho la sal. Y es verdad que hay que evitar alimentos ricos en sal. Pero hay algunos, como las conservas de pescado, que siendo alimentos razonablemente saludables (como el atún en lata o las sardinas en lata) acaban con una puntuación que os sorprendería.

Así que, ahora que ya sabéis algunos de los secretos del algoritmo os propongo un juego para que intentéis adivinar qué color y letra tendría en el semáforo:

→ BOQUERONES EN ACEITE DE OLIVA EXTRA

Resolución: Letra D (naranja).

Aunque el 75% de boquerón y tienen aceite de oliva virgen extra, el 3,7 % de sal le hacen caer a la D.

→ COOKIES CON CHOCOLATE

Resolución: Letra D (naranja).

Tienen principalmente harinas refinadas y un 33 % de azúcar. Es decir, las cookies con chocolate tienen la misma calificación que los boquerones en aceite de oliva extra. Es verdad que se habla mucho de que solo se comparen alimentos de la misma categoría para no confundirnos.

Pero en realidad los científicos que diseñaron el algoritmo no dijeron esto, dijeron que era universal. Y en la práctica, siendo realistas, pedirle al ciudadano que no mezcle peras con manzanas es imposible.

Si uno piensa que la D no es buena, no es buena. No es menos mala según comparado con qué. En el fondo con este juego lo que quiero es que veamos que aunque los extremos “rojos y verdes” están más o menos claros, en los colorines del centro hay muchos matices y sigue siendo importante saber leer etiquetas.

¡Vamos con el siguiente!

→ BATIDO DE CHOCOLATE

Resolución: Letra B (verde clarito).

Aunque tiene un 10 % de azúcar, ya hemos visto que con el azúcar hay cierta manga ancha.

Y como valora además por 100 gramos, el resultado es que si un niño se toma el batido, que son 200 gramos, se toma 20 gramos de azúcar que es más de su cantidad total diaria recomendada, que pueden ser 17 gramos o así. Para los adultos 25. Y sin embargo, el padre se lo da tan tranquilo porque tiene una B.

De nuevo: hay que leer etiquetas.

→ LANGOSTINO COCIDO CONGELADO

Resolución: Letra C (amarillo).

Tienen un 1,7 % de sal. Es verdad que por encima del 1,25 % es mucha sal. Pero claro, por el algoritmo tiene una C…Y estamos hablando de un langostino, pescado, con sus proteínas y su omega 3, sin más procesamiento. Un pobre langostino inofensivo 🦐

¿A QUÉ SE DEBE LA MALA NOTA DEL ACEITE DE OLIVA?

Cuando este sistema se propuso en el año 2018, el aceite de oliva aparecía con la D, la misma letra que los refrescos. Y se armó un pitote grande. ¿Por qué? Porque el algoritmo valora sobre 100 gramos, no piensa que vas a comer menos aceite, y además el aceite es un 99% de grasa.

Los elementos que decimos que valoran positivo: fibra, proteínas, frutas, y verduras…No están presentes en el aceite de oliva.

Es decir: el algoritmo en este sentido falla, y hay que hacer una excepción manual.

¿Que es una chapuza? Puede ser. Pero creo que es positivo, sobre todo si tenemos pensado vender aceite de oliva fuera de España… Si lo ven por ahí con un color naranja, olvídate. Y realmente es un producto saludable.

¿Qué pasa con el jamón ibérico?

Con el jamón ibérico hay una buena polémica montada. Como se ha hecho la excepción manual del aceite de oliva, también se pretende desde algunos sectores que se haga con el jamón.

La similitud es que los dos son productos “muy nuestros”, la pequeña diferencia es que hay evidencia científica de que el aceite de oliva virgen, acompañado de una dieta correcta, ofrece numerosos beneficios a la salud. Pero no hay evidencia científica de los beneficios del consumo de jamón ibérico.

De hecho, y siento decirlo, está dentro de las carnes cuyo consumo desaconsejan las guías alimentarias. No es una carne blanca, contiene elevado porcentaje de sal, hay un proceso de curado…

No pasa nada por comer jamón ibérico de vez en cuando, no vamos a quitarnos esa alegría, pero eso no significa que merezca el indulto del Nutriscore como el aceite de oliva virgen.

También han salido los defensores de distintos quesos, de la miel…Y yo creo que hay que defender las denominaciones de origen, pero desde otros puntos de vista que no son el nutricional.

¿Y ahora qué, Boticaria? ¿Le hacemos caso al Nutriscore?

Pues en este caso no lo tengo del todo claro. Por ejemplo, creo que es más probable que si alguien va a coger un producto y ve que está marcado con un disco rojo, no lo coja del estante o por lo menos se lo pensará dos veces antes de dárselo a sus hijos.

Eso sería bueno. ¿Pero esto va a servir de algo?

Lo verdaderamente importante que esta medida venga de la mano de otras campañas y políticas  que dejen claro que los mejores alimentos son, directamente, los que no llevan la valoración Nutriscore.

Para entendernos: el brócoli no lleva semáforo ni falta que le hace.

En mi opinión sería prioritario incentivar el consumo de frescos, frutas o verduras, antes que señalar si unos cereales de desayuno tienen un color naranja o amarillo.

Lo que sí me parece interesante es que, por ejemplo, gracias a esta herramienta, se pueda llegar a prohibir en horario infantil la publicidad de alimentos con símbolo rojo o naranja.

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