Pedro Duque y María Luisa Carcedo, Ministros de Ciencia y de Sanidad, han lanzado un plan para expulsar las pseudoterapias de universidades y centros sanitarios que ha caído como una bomba. Curioso. En mi opinión, lo terrorífico es que en 2018 las pseudoterapias (tratamientos basados en la magia) sigan vivos, coleando… y facturando.
¿Qué es una pseudoterapia?
No hay techo para las pseudoterapias. Desde las camas piramidales que curan el ELA al agua cruda sandora, son tantas como la imaginación alcance. Eso sí, ayer supimos que de momento la Ministra y el Ministro no van a incluir la acupuntura y la homeopatía en el listado hasta hacer un «análisis riguroso». Yo les recomiendo a los señores Ministros que lean este post de Guillermo Peris porque al parecer El Consejo de Salud Nacional e Investigación Médica australiano ya ha hecho los deberes con respecto a la homeopatía. Y ha concluido que naranjas de la China. Por su parte, Cochrane también ha hecho lo propio sobre la acupuntura. Y también nanai. Para muestra su última revisión sobre acupuntura e hipertensión de hace tan solo seis días.
¿Pueden ser dañinas las pseudoterapias?
¿Por qué no usar pseudoterapias si no hacen daño? ¿Si solo son efecto placebo? Mientras algunos se rasgan las vestiduras hablando de censura o implorando al libre albedrío, cabe recordar que entre los principios básicos de la bioética están el de autonomía y beneficencia. Y las pseudoterapias se los cargan.
Se cargan el principio de autonomía porque el paciente es engañado y no sabe que está tomando un placebo. En su lugar se le explica que hay un mecanismo de acción. Por ejemplo, en el Reiki o en las Flores de Bach, el mecanismo de acción sería la polivalente “transferencia de energía”. También se cargan el principio de beneficencia. Al paciente se le debe ofrecer el tratamiento más efectivo entre todos los posibles, y un tratamiento sin evidencia nunca lo será.
¿Placebo sí? ¿Placebo no?
¿No es ético usar el efecto placebo entonces? Sí lo es. Existen estudios abiertos con placebo que muestran evidencia científica de su eficacia. El simple acto de tomar una cápsula sin principio activo puede liberar neurotransmisores en el córtex y tener un efecto terapéutico. Y ahora viene lo bueno: hoy sabemos que esto puede suceder incluso aunque el paciente sepa que está tomando una cápsula sin principio activo.
El efecto placebo existe y puede ser usado en beneficio del paciente. Eso sí, siempre que no se le engañe o se le prive de un tratamiento más efectivo. Placebo sí, pseudoterapias no.
Si alguien está interesado en el tema, el año pasado hice una charla TEDx profundizando sobre estos aspectos:
*Este artículo ha sido publicado en la versión de papel del periódico 20m el día 20 de noviembre de 2018.