De tontunas va la cosa hoy, y de las gordas…
Porque esta vez, hermosas y hermosos, voy a hablaros de un «cacharrito» que ha aparecido en una foto en la prensa y que está dando mucho que hablar.
Se trata de las mascarillas con luz ultravioleta, que como veremos no dejan de ser un juguete más en unos tiempos en los que hay algo con lo que no se puede jugar: el Covid-19.
Aquí os dejo antes que nada un vídeo en el que os hablo de este tema:
🎬 ¡Dale al PLAY y entérate de todo!
🇪🇪 ¿Qué son las mascarillas con luz ultravioleta y en qué consisten?
Ya hacía tiempo que no hablábamos del que viene siendo el tema del año (y del pasado también): las mascarillas.
Pero la pandemia y algo que ha ocurrido en Estonia traen de nuevo ese tema al candelero.
Y es que se ha hecho viral una foto en la que se ve a nuestra ministra de Asuntos Exteriores acompañada por dos representantes del gobierno estonio, una a cada lado.
→ He aquí la foto de la discordia. Juzga por ti mismo/a:
Arantxa González Laya lleva su mascarilla quirúrgica.
Hasta aquí todo correcto. Pero sus acompañantes van conveniente y publicitariamente ataviadas con dos artefactos al cuello.
Son una especie de collarín, una lo lleva de color blanco y otra de color negro, que descansan sobre sus hombros.
Yo confieso que la primera vez que vi la imagen pensé que vaya mala suerte que las dos acompañantes de la ministra llevaran collarín.
Pero no, se trata de otro tipo de accidente.
Sí, tu imagina un collarín, como cuando tienes un accidente, solo que un poco más amplio porque la barbilla la llevas suelta y no apoyada sobre el collarín.
Según los fabricantes, es un “purificador de aire portátil que utiliza tecnología UV-C para desinfectar el aire que respiramos, proporcionando protección sin la necesidad de cubrirnos la cara”.
¿Cómo funcionan exactamente estas «mascarillas del futuro»?
La idea es que el aire entra por unos agujeritos inferiores que tiene el artefacto, pasa por unas luces led UVC dentro del collarín que lo desinfecta, y lo suelta por los agujeritos de arriba, justo debajo de tu nariz, para que respires aire Covid-free.
¿Qué normativas cumple?
¡Ninguna en absoluto!
De hecho en la propia web el fabricante indican abiertamente que el dispositivo ha sido probado “de forma independiente”, por la Universidad de Tartu y la Universidad de Lodz.
[su_quote]Ya he contado mil veces que las autoridades sanitarias no recomiendan usar la luz ultravioleta C para desinfectar de forma “casera”, y esta va a ser la mil y una.[/su_quote]
Pero vamos a ponernos en el mejor de los casos: dejemos a un lado que las autoridades sanitarias españolas, el ISCIII, las autoridades europeas, americanas y mundiales recomiendan no usar dispositivos de desinfección UVC a nivel doméstico.
Vamos a dejar a un lado eso y a darles un voto de confianza a los señores de la universidad de Tartu.
Porque oye, igual el aparato funciona y purifica el 99 % del aire que entra por los agujeros como dicen.
Aparquemos también el hecho de que la radiación UVC es cancerígena, y que llevar un dispositivo que emite esa radiación colgado del cuello como si fuera la medalla de la Virgen del Carmen es, cuando menos, un poquito inquietante.
→ Sobre todo teniendo en cuenta que ese cacharro no está sometido a control por terceros y solo se ha validado “de forma independiente”.
Pero bueno, vamos a pensar que es un dispositivo seguro y que no va a haber ninguna fuga y no nos vamos a achicharrar.
Incluso, vamos a dejar a un lado también que por mucho aire Covid-free que salga bajo tu nariz, si una persona que está cerca de ti estornuda o tose al lado, esos aerosoles no da tiempo a que pasen por debajo y salgan limpitos por arriba: te los comes.
Pero bueno, como digo, vamos a dejar de lado todo eso porque solo quiero que pongamos el foco en una cosa…En un pequeño detalle que se les ha pasado por alto en la universidad de Tartu…
[su_box title=»❌ El gran problema de estas mascarillas:» box_color=»#9BD4B4″ title_color=»#333333″]El problema principal está en que aunque el aire que tú respiras esté limpio, el que expulsas no filtra nada de nada, ya que llevas tanto la boca como la nariz descubiertas.
[/su_box]
Pues algo tan evidente como eso es lo que se les ha debido pasar por alto a todo el equipo de I+D+I de la empresa, a los investigadores y a las autoridades estonias, que presumen de cacharro como innovación tecnológica y permiten que se haga publicidad junto a una ministra española en visita oficial.
Puede que tú respires aire limpio, no lo dudamos.
Pero el aire que tú expulsas no tiene barrera y ya sabemos que todos tenemos que llevar mascarilla porque no sabemos quién de nosotros está enfermo.
👉 El que es más importante que la lleve, precisamente, es el enfermo, que es el que va diseminando los virus. Hemos hablado mucho de esto, y hasta Fernando Simón ha hablado de las mascarillas egoístas, las mascarillas con válvula…
Pues bien, este cacharro deja a las mascarillas con válvula en pañales. Son la madre de las mascarillas egoístas. Las mascarillas con válvula al menos tienen una válvula y algo se queda en la mascarilla… pero es que aquí todo sale al aire.
¿Alguna «solución»?
En su página web hay algunas imágenes en las que se ve que se les puede acoplar un plástico por delante, como las que algunos sanitarios llevan.
Proponen en dicha web que si vas a estar cerca de alguien pongas un plástico, como las pantallas, en este caso no desde la frente hacia abajo sino desde la barbilla hacia arriba, para evitar que te salpiquen.
¡Ojo! Que habla de evitar que te caiga a ti, no de contaminar tú a otros, de eso prefieren no hablar.
Pero bueno, tenemos claro ya desde primero de pandemia que las pantallas de plástico son una medida complementaria que no exime de usar mascarilla porque obviamente se escapa todo por arriba y por los lados.
❌ Conclusión: que estas «mascarillas» siguen sin valernos.
¿Qué precio tienen las mascarillas con luz ultravioleta?
Unos 300 € aproximadamente. 279 € para ser exactos.
Vamos, un precio al alcance de cualquier bolsillo (nótese la ironía…).
Una mascarilla que no vale para lo que debería, recordémoslo. Mientras que la FFP2 la puedes encontrar ya por 1 euro y la quirúrgica por 0,30 céntimos.
Si es que tontunas, siempre las ha habido y siempre las habrá.
Pasado más de un año del comienzo de la pandemia, ¿cómo se puede seguir cayendo en estas cosas?
En mi opinión podrían pasar dos años o doce y seguiríamos igual. Todo lo que suena a electrónico o innovador nos hace mucha gracia.
👉 Yo entiendo que la tecnología puede ir en ocasiones por delante de la regulación, pero en este caso estamos hablando de un fallo que es garrafal para evitar la transmisión del virus. Aquí no valen los juegos.
Pues hasta aquí todo lo que tenía que contaros sobre el nuevo juguetito de las mascarillas con luz ultravioleta.
A partir de aquí olvidaos que existen, igual que tantas otras que no sirven, y optad como siempre por las mascarillas homologadas y seguras.