La alimentación complementaria es, junto con la lactancia, «la madre del cordero» del primer año de vida. Hace unas semanas escribí un post sobre los alimentos «prohibidos» para un bebé menor de un año y, aunque está muy bien estar prevenido sobre lo que no es aconsejable, ahora toca «meternos en harina» e ir a lo importante ¿qué es lo que debe comer un bebé menor de un año? Comenzamos por el principio…
Alimentación complementaria: ¿en qué orden debo introducir los alimentos?
Traigo muy buenas noticias. Si alguien tiene por casa alguna famosa tabla de introducción de alimentos, puede rasgarla en dos y quedarse tan ancho. Tal cual. Adiós fotocopia, adiós. Se acabó hacer cábalas sobre qué mes toca introducir qué.
Tradicionalmente se ha seguido un orden de introducción de alimentos con el objetivo de disminuir las posibles alergias en los bebés, pero con la evidencia científica actual no hay razón para ello. No se ha demostrado que sea más beneficioso algo que a todos nos preocupaba muchísimo, como que el bebé probara la carne antes del pescado y a su vez el pescado blanco antes que el azul. Y, por supuesto, cada alimento en su mes, día y hora correspondiente.
Tampoco se ha demostrado que sea mejor darle primero una papilla de media pera, media manzana y zumo de naranja y al mes siguiente añadirle al mejunje medio plátano y cuarto y mitad de melocotón. Por otro lado, ¿qué destino espera a todas esas pobres medias manzanas desperdiciadas? (según mi amiga María López, al congelador para hacer espuma semifría de manzana o para añadírsela al pollo asado, pero siempre hubo clases). La pregunta es ¿Tiene sentido andar con la báscula de precisión o el microtomo midiendo la cantidad exacta de plátano que vamos a dar al niño?
Vale, pero entonces ¿qué le doy de comer al bebé? ¡Pónmelo fácil!
Con tanta libertad para elegir los alimentos, algunos padres se agobian. Muchos duermen más tranquilos si el pediatra les da una fotocopia para colgar en la nevera donde se indican los gramos exactos de ternera, zanahoria y patatas para elaborar el puré. Y, a ser posible, cuál es la temperatura y tiempo aconsejados de cocción y el nombre del supermercado donde venden todo más fresco.
A decir verdad, en la alimentación complementaria todo resulta más sencillo si se siguen estas pautas:
La leche materna o de fórmula: debe seguir siendo el eje central de la alimentación del bebé. Si el bebé consume
leche de fórmula, a partir de los seis meses la cantidad diaria aconsejada es de, aproximadamente, 280-500 ml/
día en función de su demanda.
Complementariamente a la leche , a partir de los seis meses se deben ir introduciendo de forma variada alimentos pertenecientes a todos los siguientes grupos:
Verduras y hortalizas: puede comenzarse por la zanahoria, calabaza, judía, habitas, calabacín,
puerro, cebolla, tomate…
Frutas: como, por ejemplo, plátano, manzana, naranja, mandarina, pera, melocotón, sandía,
melón, fresa, etc. ¡Cuanto más variado sea el color de la fruta, mejor!
Cereales: se debe dar prioridad a los cereales integrales. Esto incluye la pasta integral, el arroz integral, el pan integral… e incluso la quinoa, un pseudocereal.
Fuentes de proteínas: las proteínas pueden proceder de fuentes animales como el pescado (blanco y azul), la carne (preferentemente blanca, como pavo o pollo) o los huevos. También se pueden obtener proteínas a partir de fuentes vegetales como las legumbres (lentejas, garbanzos, guisantes), frutos secos o semillas. ¡Importante! Se deben limitar las carnes rojas y evitar los embutidos y las carnes procesadas (salchichas, fiambres, etc.).
La grasa de elección es la del aceite de oliva virgen extra, siendo también aconsejables las grasas del aguacate, frutos secos y pescado azul.
La Escuela de Salud Pública de Harvard ofrece unas recomendaciones sobre alimentación infantil de forma gráfica y sencilla en su famoso Plato de la Alimentación Saludable para Niños. Aunque estas recomendaciones no son válidas para su aplicación directa en la alimentación complementaria porque la leche sigue siendo la fuente principal de nutrientes, nos pueden orientar sobre cuál es la línea que se debe empezar a seguir en cuanto a las proporciones del resto de los grupos.
El consejo de la boticaria
Sentido común.
Aunque no es necesario seguir un orden determinado por motivos de alergia, conviene considerar qué alimentos deben introducirse primero en términos sensoriales para el bebé. Si el niño lleva seis meses tomando leche materna en exclusiva, la mejor forma de introducirle en los placeres sólidos quizá no sea plantarle un cocido madrileño con su morcilla, su chorizo y su pelota. Ofrecerle sabores más suaves como los de los cereales o las verduras puede que le resulte menos drástico para su primera vez.
Espacio entre distintos alimentos.
Cualquier nueva introducción de alimentos se debe realizar por separado y en cantidad progresiva para comprobar la tolerancia. Si le damos el mismo día por primera vez leche de vaca, huevo
y pescado, y el niño sufre una reacción alérgica, lo tenemos crudo para saber a cuál de los alérgenos lo es. Al comenzar la alimentación complementaria se aconseja un intervalo de separación entre alimentos mínimo de tres días. Hacia el año de vida, el bebé debe haber probado prácticamente todos los alimentos de los grupos que acabamos de ver.
*Más información sobre alimentación complementaria en bebés (y sobre bebés en general) en EL MOCO RADIACTIVO que estaré firmando este fin de semana y el siguiente en la feria del libro de Madrid:
- Domingo 4 de junio 19:00h a 21:00h La Esfera de los libros. Caseta 174
Sábado 10 de junio 12:00h a 14:00h Librería Letras. Caseta 33.
Ilustraciones: WikimediaCommons y, como siempre, las chulas-chulas, de @lucreativo