Nuestros hijos, además del ángel de la guarda, tienen a Tres Mosqueteros algo más prosaicos velando por ellos: tos, los mocos y la fiebre.
Aunque en principio los Tres Mosqueteros nos caigan mal, en realidad están ahí para protegerles: para expulsar a los malos, para impedir que entren o para achicharrarlos al más puro estilo medieval. Ahora bien, como decía mi abuela: lo poco agrada, lo mucho cansa. En ocasiones a los Tres Mosqueteros la espada se lesva de las manos y la tos, los mocos y la fiebre pueden suponer un incordio.
En mi colaboración de hoy con mi querido Club de Malasmadres hablo de qué hacer para mejorar la tos, los mocos y la fiebre y, por supuesto, de lo que no sirve absolutamente para nada o incluso es contraproducente. Humidificadores sí, cebolla no. Y ahora, pinchad en la foto para ir al post (y luego ya me tiráis piedras si queréis).