Hoy, uno de agosto, es buen día para plantearse si es mejor dar pecho o biberón al bebé. ¿Por qué? Porque además de celebrar que más de media España comienza sus vacaciones, celebramos la Semana Mundial de la Lactancia Materna. En este enlace podéis encontrar información sobre las áreas temáticas en las que se va a desarrollar esta campaña.
En la web podéis descargaros este póster, por si os interesa ponerlo en vuestra farmacia, consulta, etc.
¿Es mejor darle pecho o biberón?
Y es que parece mentira que a estas alturas de la película sigamos recibiendo este tipo de preguntas. Aunque todo el mundo tiene más o menos claro que la lactancia materna es la mejor opción para el bebé, aún sigue habiendo falsos mitos o miedos. Es frecuente escuchar en la farmacia a muchas madres comentando frases como: «Es que tengo poca leche», «Es que mi leche no alimenta», «No coge peso por mi culpa», «Se queda con hambre», etc.
Salvo raras excepciones (generalmente por enfermedades del niño o de la madre) no hay ningún motivo por el que la madre no pueda dar el pecho al bebé. La composición de la leche materna es bastante similar en todas las mujeres y el hecho de que los pechos «se desinflen» se debe principalmente a una regulación en la frecuencia y cantidad de tomas por parte del bebé. ¡No hay de qué preocuparse!
Estas son cinco buenas razones para dar el pecho a tu hijo
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Mortalidad infantil.
La leche materna contiene anticuerpos que protegen al bebé frente a posibles enfermedades como diarrea, otitis media o infecciones de las vías respiratorias. Los fallecimientos a causa de estas enfermedades son menores entre niños que toman pecho.
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Enfermedades crónicas.
Además de proteger al bebé frente a infecciones, la lactancia materna también puede ayudar a prevenir algunas enfermedades crónicas que no suenan apetecibles como alergias, diabetes, hipertensión, cáncer, enfermedad de Crohn u obesidad. Los bebés alimentados con lactancia materna en exclusiva durante seis meses están expuestos a un menor riesgo de sobrepeso y obesidad.
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Desarrollo intelectual y motor.
Por dar pecho a nuestro hijo no vamos a convertirlo en Einstein, pero algunos estudios apuntan a que los niños alimentados al pecho alcanzan mejores resultados en pruebas de desarrollo intelectual y motor, en comparación con los que no son amamantados. No se conocen bien los mecanismos por lo que esto sucede aunque puede estar relacionado con la presencia en la leche materna de ácidos grasos poliinsaturados de cadena larga (los famosos omega 3), conocidos por su importancia para el crecimiento y el desarrollo cerebral.
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Salud materna.
La lactancia materna estimula la liberación de la oxitocina, una hormona que ayuda a contraer el útero y reducir el sangrado de posparto. Además, las madres que amamantan tienen menor riesgo de sufrir cáncer de mama o cáncer de ovario.
También tiene un efecto de anticonceptivo natural, suprimiendo la menstruación. ¡Ojo! Que nadie se venga arriba con esto que puede acabar como yo, preñada a los cinco meses de parir a mi primogénito.
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Economía.
Parece imposible que todas las ventajas anteriormente mencionadas se puedan conseguir con un alimento que es gratis. ¡Gratis! La lactancia materna supone un considerable ahorro en fórmulas artificiales, biberones, esterilizadores y otros artefactos infernales. Indirectamente también puede suponer un ahorro evitando el coste del cuidado de salud del niño enfermo.
¿Si no doy el pecho voy a arder en las calderas del infierno?
Siendo objetivos, la leche materna es el mejor alimento para un bebé desde el punto de vista nutricional y es importante animar a las madres a amamantar a sus hijos durante seis meses en exclusiva, tal y como recomienda la OMS.
Dicho esto, si a pesar de considerar toda esta información una madre decide conscientemente alimentar con biberón a su hijo, por los motivos que considere oportunos, su decisión debe ser respetada. En mi opinión, no hay más que hablar.
Las fórmulas infantiles están diseñadas para que los bebés puedan cubrir adecuadamente sus necesidades nutricionales. Trasladar un sentimiento de culpa con miradas asesinas, cuchicheos y reproches velados a una madre que ha elegido libremente, puede generarle una ansiedad que repercuta negativamente también en la salud del bebé.
Todo esto y mucho más en El Moco Radiactivo…
Si sois padres primerizos, os recomiendo echar un vistazo al único, al inigualable, al increíble libro para padres primerizos «El Moco Radiactivo». En él encontraréis información sobre las dudas más frecuentes en lactancia materna. ¿Existe algún «truco» para aumentar la leche materna? ¿Cuáles son los mitos más frecuentes sobre la lactancia materna? ¿Cuál es el mejor biberón? ¿Qué diferencia hay entre las leches de fórmula? ¿A qué edad puedo introducirle la alimentación complementaria? ¡Y mucho más!
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