Besos en la boca a los niños: ¿un simple gesto de cariño o un error que tenemos que evitar?
Los besos en la boca a los niños son relativamente frecuente en nuestra sociedad. Al margen de las habituales polémicas sobre si es un hábito más o menos adecuado, no podemos obviar los aspectos sanitarios asociados: la saliva puede transmitir algunas enfermedades infecciosas. Cualquier gesto para proteger a los niños de la transmisión de bacterias orales por parte de los padres puede ser importante para evitar un amplio catálogo de patologías que van desde la caries dental a la mononucleosis infecciosa.
¿Por qué evitar los besos en la boca en los niños especialmente?
Es cierto que este tipo de microorganismos patógenos pueden ser transmitidos también entre adultos que se besan en la boca, pero no debemos olvidar que el sistema inmunológico de los niños es más inmaduro y por tanto son más susceptibles de desarrollar distintas enfermedades. Los niños son un grupo específicamente vulnerable al contagio al que debemos proteger.
La boca: la autopista de entrada a los microorganismos.
La cavidad bucal humana es el perfecto portal de entrada a virus y bacterias del medio ambiente. Por este motivo es una de las zonas de nuestro cuerpo más densamente poblado por «bichitios»: contiene en torno a 6 mil millones de bacterias y es posible que 35 veces más de virus. A las bacterias y virus se unen los hongos ya que, además, las interacciones entre hongos y bacterias son frecuentes
¿Qué enfermedades pueden transmitirse por un beso en la boca?
Como comentábamos, el catálogo es amplio. A través del contacto bucal y la saliva pueden transmitirse numerosas enfermedades entre las que podemos destacar las más frecuentes como gripe y resfriados, herpes, verrugas, hepatitis B, y por supuesto, la clásica «enfermedad del beso» o mononucleosis infecciosa.
Por otro lado, quizá sorprenda saber que la caries dental, periodontitis o gingivitis también pueden transmitirse por la saliva.
Más allá del beso: la boca del padre como «esterilizador de chupete»
Por alguna extraña razón muchos padres consideran que su boca funciona como una suerte de esterilizador capaz de exterminar cualquier microorganismo que aceche a su hijo. Es frecuente observar a padres que, tras habérsele caído al suelo el chupete a su vástago, proceden a llevárselo a la boca, pensando que ese «lavado bucal» eliminará las potenciales bacterias del suelo. Nada más lejos de la realidad: a las bacterias del chupete se le añadirán las bacterias del padre.
Esto es lo que nos indican desde la Sociedad Española de Odontopediatría
Hay algo más que puedes hacer para evitar que tu hijo padezca caries en un futuro. Los dientes, cuando erupcionan, lo hacen “limpios” de bacterias. Las primeras bacterias que llegan a la superficie del diente la colonizan y permanecen allí toda la vida. Si tú eres una persona con tendencia a padecer caries tendrás unas bacterias cariogénicas. Las bacterias se transmiten por la saliva, y gestos tan frecuentes como el limpiar el chupete de tu hijo chupándolo tú, probar el biberón para ver si está caliente, probar la comida con la misma cuchara de tu hijo o darle besos en los labios favorecerá que tus bacterias productoras de caries lleguen hasta los dientes de tu hijo.
Sería interesante añadir también que el padre no es inmune a las bacterias del chupete y que con este acto se está exponiendo a un contagio que potencialmente él también podrá transmitir a su hijo si la enfermedad llega a desarrollarse. Ejemplo: padre que se contagia por campylobacter al chupar el chupete y posteriormente acaba transmitiendo campylobacter a su hijo.
Y ya que andamos a vueltas con el chupete, os dejo por aquí un vídeo sobre los mitos sobre su uso:
El estudio finlandés sobre hábitos de salud bucal entre madres e hijos
Como curiosidad sobre los besos en la boca a los niños, en Finlandia se realizó un estudio para ver cuáles son eran los hábitos de salud oral en 313 madres con niños menores de tres años. Los resultados nos invitan a reflexionar: en este estudio el 38% de las madres besa a su hijo en los labios y el 14% compartió una cuchara con su hijo. El 11% de las madres del estudio cree que las bacterias orales no se pueden transmitir de madre a hijo. Más información aquí.
Besos en la boca a los niños: conclusión
Siento ser «la rancia» en el Día Internacional del Beso, pero en mi opinión hay miles de formas de trasladar amor y cariño a nuestros hijos sin necesidad de besarles en la boca y exponerles al contagio de enfermedades. Quizá deberíamos darle una vuelta.
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