Ayer a medio día prácticamente todas las cabeceras se hacían eco de la noticia. FACUA ha reclamado ante la AEMPS que el prospecto de Dalsy indique expresamente los efectos secundarios de uno de los aditivos que lo componen: el colorante E-110 también conocido como amarillo crepúsculo.
El Reglamento (CE) 1333/2008 del Parlamento Europeo sobre aditivos alimentarios indica que este aditivo puede ocasionar «efectos negativos sobre la actividad y la atención de los niños». Para empezar, tal y comentaban anoche @jmmulet y @gominolasdpetro en Twitter, este reglamento aplica al etiquetado de alimentos y no de fármacos.
En la circular 2/2008 de la AEMPS donde se recogen la información sobre excipientes en el etiquetado, prospecto y ficha técnica de los medicamentos de uso humano se indica que para el colorante amarillo anaranjado, la información que debe añadirse es la relacionada con las reacciones alérgicas, sin hacer alusión a los efectos secundarios sobre atención. Por tanto, el prospecto de Dalsy sería correcto.
Si buscamos en la página de la AEMPS en el apartado de «preguntas y respuestas» cuál es la información más actualizada al respecto sobre excipientes de declaración obligatoria, nos remite a esta misma circular de 2008.
Hasta aquí se nos plantea el primer interrogante de por qué Facua exige a la AEMPS la aplicación de la normativa sobre etiquetados de alimentos en fármacos.
Pero ¿es seguro Dalsy o no?
Aun así, por si a alguien se la traen al pairo las cuestiones formales y al fin y al cabo «como el excipiente te lo comes» está muy preocupado, conviene aclarar que la dosis del excipiente es totalmente segura. En 2014 la EFSA reevaluó la ingesta diaria admisible de este colorante resultando en 4 mg/kg día (multiplicándola por cuatro con respecto a la evaluación anterior).
Los compañeros de @farmalasantenas hicieron números ayer con lo que tomaría un niño de 20 kg…
O lo que es lo mismo, un niño de 20 kg debería beberse 4 botes de Dalsy (800 ml) para superar la ingesta diaria aceptable.
Ahora nos planteamos el segundo interrogante (o más bien se lo planteó @susitravel anoche, que además de todo el botiquín de su casa, también sacó el látigo para que escribiera el post y a la que va mi agradecimiento casi-eterno). ¿Por qué Facua se preocupa tanto por Dalsy y no por otros fármacos que contienen el excipiente E-110 como Sueroral y que tampoco incluyen mención a los efectos secundarios sobre la atención en su prospecto? ¿A lo mejor es que unos mocos son sonados y otros sorbidos?
Conclusión:
La noticia tiene todos los ingredientes para correr como la pólvora por los corrillos de Whatsapp, a saber:
- Niños+medicamento con efectos secundarios: ¡Miedo!
- Medicamento (Dalsy) que todos tenemos en casa porque es la estrella de la infancia junto con el Apiretal
- Efectos secundarios que suenan a TDHA: ¡Más miedo!
- Asociación de consumidores que denuncia a la AEMPS y las compañías farmacéuticas que ocultan información deliberadamente. ¡Terror! ¡Muerte y destrucción!
¿Para qué queremos más?
Mientras esperamos la aclaración de la AEMPS al respecto, creo que una asociación que vela por los derechos de los consumidores como Facua debería pensárselo dos veces antes de lanzar una bomba de este calibre con un tema tan sensible como un medicamento que está en todos los hogares con niños de este país. Ellos están en su derecho de velar por todos nosotros y comunicar a la AEMPS lo que crean oportuno, pero sin sembrar alarmas absolutamente injustificadas antes de obtener una respuesta. Especialmente, si a la vista de la normativa, Dalsy cumple perfectamente los requisitos sobre la declaración de excipientes en medicamentos.
Ayer las abuelas escribían Whatsapp alarmadas. Normal: habían visto en las noticias que el medicamento que toma su nieto producía efectos secundarios y además el fabricante lo ocultaba. Ayer Twitter se llenaba de emoticonos del grito de Munch como éste:
Y así, hasta la siguiente. Porque no aprendemos… y además, de algo hay que hablar.
Chupito de ibuprofeno para todos.