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Varices y piernas cansadas

¿Qué es el Thrombocid y para qué sirve? 

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Las varices y las piernas cansadas son otro de los grandes males del verano, junto con la diarrea del viajero o las vacaciones con los cuñados. ¿Quién no ha sufrido alguna vez esa sensación de pesadez e hinchazón en las piernas? ¿Quién no se ha quitado las sandalias o las chanclas al final del día y ha visto como desde el lugar donde antes estaban sus pies ahora le saludan dos lindos botijos?

Las venas como sistema de desagüe

Nuestras piernas se «alimentan» mediante la sangre que les llega a través de las arterias. Una vez que la sangre ha cumplido su cometido, las piernas disponen de un sistema de alcantarillado por el que devuelven toda la sangre que ya no necesitan al corazón. Las venas son las cañerías por las que fluye la «sangre sucia». Hay cañerías profundas y otras más superficiales a nivel de la piel.

Para que la «sangre sucia» venza a la fuerza de la gravedad y alcance su destino (la propulsión hacia arriba cuesta un poquito) las venas cuentan con dos mecanismos de ayuda:

1- Los músculos: funcionan como motor impulsando la sangre.

2- Las válvulas: su misión es impedir que la sangre retroceda una vez que fluye hacia arriba.

varices piernas cansadas

¿Por qué nos «pesan» las piernas?

Pongamos un ejemplo: cuando estamos regando en el jardín y se nos enreda la manguera formando un pliegue, el agua deja de fluir y se acumula en el pliegue. La goma de la manguera se dilata dentro de sus posibilidades para albergar el agua que va acumulando. Si llega al límite y no puede dilatarse más, la goma explota y el agua sale hacia fuera.

Algo similar sucede en las piernas. Cuando fallan los mecanismos que actúan como lanzadera de la sangre (por fallos en los músculos impulsores o atrofia de las válvulas) se produce una obstrucción en la vena y en consecuencia un reflujo del líquido. La «sangre sucia» no puede ir hacia arriba y se acumula en las válvulas aumentando la presión.

Las paredes de las venas son elásticas, tienen la capacidad de ensancharse y hasta de duplicar su volumen, pero todo tiene un límite. Cuando la presión es demasiado alta, a través la pared de las venas (que es relativamente frágil, más que la goma de una manguera) puede salir líquido al exterior y formarse el edema. Esto es lo que ha ocurrido, por ejemplo, cuando no somos capaces de encontrarnos el hueso del tobillo ya que está rodeado por un montón de piel acolchadita.

¿Qué son las varices?

Las varices son la forma dilatada y «tortuosa» que adquieren las venas cuando se ensanchan debido a la mala circulación.

Hay tres tipos de varices y cada una tiene un nombre más feo que el anterior:

1. Varices tronculares: Son las «varices verdaderas». Únicamente se denomina así a las varices de las venas profundas y cuando el diámetro de la vena supera los 5 mm.

2. Varices reticulares: Tienen un diámetro entre 2 y 5 mm. Se localizan en la cara externa del muslo, en la pierna, en la rodilla y en el hueco poplíteo, que es la forma fina y elegante de llamar a las corvas.

3. Telangectasias: Más conocidas como arañas vasculares, tienen un diámetro máximo de 2 mm. Se producen en las venas más superficiales y por eso se observan perfectamente a través de la piel. No deben considerarse varices en el sentido estricto de la palabra. A pesar de que son muy comunes, son de naturaleza benigna y su principal inconveniente es estético.

Radiografía de la mujer con varices o piernas cansadas

Si eres mujer, tienes más de 45 años (o estás entrando en la menopausia) y tu madre también tuvo varices, tiene bastantes papeletas para continuar la tradición.  Tus probabilidades aumentan si no pones un poquito de tu parte para mejorar los siguentes factores:

  • Sobrepeso y obesidad: un peso elevado aumenta la presión sobre las piernas.
  • Estreñimiento: los esfuerzos también provocan presión sobre las paredes venosas.
  • Sedentarismo: pasar muchas horas sentado dificulta la circulación.
  • Ropa demasiado ajustada: la presión en determinadas zonas de las piernas impide el retorno venoso.
  • Anticonceptivos orales: las modificaciones hormonales en el organismo favorecen la aparición de varices.
  • Deportes violentos para las piernas: algunos deportes como tenis, voley, baloncesto, pádel, etc. implican impactos bruscos en las piernas que no favorecen a las paredes debilitadas de las venas.
  • Trabajo: en determinadas profesiones (camareros, azafatas…) se pasa mucho tiempo de pie y esto puede empeorar también la circulación.

¿Qué ocurre con los hombres? ¿Ellos no tienen varices?

Sí, por supuesto, aunque la proporción de varicosos es 1 a 5 frente a las mujeres. Al igual que ocurre con la celulitis, es más fácil que nuestros queridos maridos, hermanos, padres o amigos se vayan de rositas.

 

CINCO PASOS PARA EVITAR LAS VARICES Y LAS PIERNAS CANSADAS

varices y piernas cansadas

 

 

1. Alimentación

  • Vigilar nuestro peso y evitar la obesidad. Aunque sea antipático, este es un consejo que vale para casi todo. Habría que tatuárselo, a estilo motivo tribal.
  • Tomar alimentos ricos en fibra con pan integral, cereales integrales y, además, mucha fruta y verdura. Se trata de otro consejo aburridísimo que sirve también para infinitas cosas.
  • Moderar el consumo de sal. No llevar nunca el salero a la mesa.
  • Algunas frutas como los arándanos, cerezas y moras tienen propiedades venotónicas. Esto no significa que dejemos de comer el resto de frutas, pero sí que las miremos con otros ojos en la frutería.
  • No abusar del café o té y evitar el alcohol y el tabaco.

2. Vestimenta

  • Utilizar zapatos amplios que no compriman el pie. Las sandalias romanas monísimas que nos embuten el pie y dejan marca tienen que desaparecer de nuestro armario de verano. En invierno, tampoco se debe abusar de las botas estrechas de caña alta que nos comprimen las piernas y las asfixian durante todo el día.
  • Evitar el calzado demasiado plano o los tacones altos. Todas estamos monísimas con taconazo y comodísimas con bailarinas, pero ni unas ni otras deben formar parte de nuestro uniforme diario.
  • No usar ropa muy ajustada o calcetines, medias, ligas o cinturones muy apretados. Sí, he dicho ligas. De hecho, entre las lectoras del blog conozco a varias mujeres muy sexys que las usan. No voy a dar nombres. Secreto profesional.
  • Las medias de compresión sin muy útiles para evitar el estancamiento de la sangre cuando se está de pie o sentado. Se debe consultar al médico o farmacéutico sobre la conveniencia de su uso.

3. Trabajo

  • Levantarnos de vez en cuando para «estirar las piernas». Si no es posible, al menos hacer ejercicios desde el propio asiento como  y flexionar piernas y tobillos frecuentemente. Aunque nos miren raro. Si nos sale una variz tortuosa, fea, y asquerosa, nos van a mirar más raro todavía. La gente siempre mira raro.
  • Sentarnos, dentro de lo posible, si trabajamos permanentemente de pie. Hay trabajos como el de camarero o azafata en el que se pasan muchas horas de pie. En este caso, se debe aprovechar cualquier minuto, o cualquier resquicio en la pared, para apoyar el culete y que las piernas sufran menos presión durante un rato.

4. Ocio

  • Practicar a diario ejercicio físico suave: caminar, nadar, pedalear y subir/ bajar escaleras a pie. ¿No os apetece nada? Quizá os sorprenda todo el bien que puede hacer para el cuerpo y mente dedicar 45 minutos diarios para caminar.
  • Caminar descalzo sobre el césped o la arena. Además de un verdadero placer para los sentidos ayuda a mejorar la circulación.
  • No exponer directamente las piernas al sol o a una fuente de calor. Todos los consejos sobre protección solar son también útiles para prevenir las varices.
  • En viajes largos en avión o tren, evitar el síndrome de la clase turista moviendo los tobillos y dando algún paseo como y cuando buenamente se pueda.

5. En casa

  • Dar masajes ascendentes con alguna crema o gel apropiado. De ellas hablaremos en próximos posts.
  • Realizar ejercicios de pie (andar de puntillas o con los talones) o tumbado (mover las piernas en círculos, tijera, pedaleo…).
  • En la cama, elevar la zona de las piernas (unos 15 cm) intentando que los pies queden por encima del nivel de la cabeza.
  • Evitar los baños prolongados que reblandecen la piel, algo poco conveniente si existen lesiones.
  • Aprovechar la ducha diaria para rociar las piernas durante 20 segundos con agua fría o templada. ¿Tampoco apetece nada? En absoluto. Y en invierno menos. Nadie dijo que prevenir las varices fuera fácil.

El consejo de la boticaria

A estas alturas todas tenemos más o menos interiorizado que no tenemos las piernas de Beyoncé. Y si no, deberíamos ir asumiéndolo. Sin embargo, debemos hacer lo posible por optimizar la gracia que se nos haya concendido a cada cual.

Aunque las varices y piernas cansadas son una dolencia que se hace especialmente incómoda en verano, su origen, la mala circulación, podría estar presente durante todo el año. Todas las  medidas mencionadas anteriormente son sencillas (y muy baratas) para poner en práctica casi a diario. Muchas de ellas, además, son similares a las que ya conocemos para evitar la celulitis.

Si pese a todo, seguimos sintiendo molestias y dolor, es conveniente consultar con el médico o farmacéutico antes de recurrir a la fitoterapia o a distintos fármacos. Sobre cuál es el mejor tratamiento para las varices y las piernas cansadas hablaremos en próximos posts.

[piopialo vcboxed=»1″]Cómo evitar las VARICES y PIERNAS CANSADAS en 5 sencillos pasos[/piopialo]

Fuentes:

Indicación farmacéutica en varices y piernas cansadas. Plan estratégico para el desarrollo de la Atención Farmacéutica. CGCOF 2011

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