A todos nos han contado (y alguno nos hemos creído) aquello de la dieta Mediterránea. Lo de las cinco comidas al día, lo de las cinco piezas de fruta. Después, cada uno se mete en su casa y se las compone como puede. Aunque es cierto que nos falta tiempo para poner el puchero diario, y dinero para traer los «frescos» del mercado, lo que realmente nos falta es formación y ganas. Sea cual sea el motivo, el resumen es que no lo estamos haciendo bien. Nos sentimos culpables y la industria, que es muy lista, lo sabe. Sólo hace falta un buen departamento de marketing para encontrar nuestras preocupaciones y «solucionarlas» con los alimentos enriquecidos. ¿Cómo lo consiguen?
1- Por lo general, eligen alimentos de elevado consumo y bajo coste (leche, yogures, cereales, galletas). El cuento de la lechera parece, hasta la fecha, el más sencillo de vender puesto que en la mayoría de los hogares se consumen lácteos.
2– Les añaden algún nutriente en mayor cantidad (ejemplo, leche enriquecida con calcio).
3– Nos intentan convencer de que consumir ése alimento es lo mejor que nos va a pasar en la vida: Leche X Enriquecida en Calcio aporta el 50% de la ingesta diaria de referencia de calcio en cada vaso y tomar la cantidad necesaria de calcio cada día es esencial para conseguir un buen funcionamiento del cuerpo y ayudar a mantener una buena salud ósea.
Finalmente, el consumidor, ése ser atormentado por su mala alimentación (y la de su familia) y agobiadísimo siempre por tiempo y dinero, razona algo así: «Vaya, esta leche es algo más cara, pero ¡lleva el 50% de calcio! Merece la pena. Compro».
La pregunta: ¿Se ha parado el consumidor atormentado a mirar cuánto calcio lleva una leche «normal»?
100ml de Leche X Enriquecida en Calcio aportan 160 mg de calcio lo que supone el 20% de la Cantidad Diaria Recomendada. Un vaso de 250ml, aporta, por tanto, el 50% de los requerimientos. Da la impresión de que es mucho, pero lo cierto es que el mismo vaso de Leche X normal supera el 35% de los requerimientos (120 mg calcio/100ml).
El dinero: La de calcio cuesta 1,39 €/litro, la normal, 0,99€/litro. Con la diferencia de 0,40€ podemos comprar, por ejemplo, dos yogures.
La propuesta: En lugar de tomar dos vasos de leche enriquecida con calcio, por el mismo precio podemos tomar dos vasos de leche normal y un yogur. Un yogur tiene aproximadamente la misma cantidad de calcio por ml que la leche normal. De este modo, estaremos tomando el 85% de calcio recomendado (el 15% restante puede venir perfectamente de la dieta) pero, además, nos llevamos «de regalo» unos cuantos millones de bacterias lácticas y todos los macronutrientes y micronutrientes del yogur, que no son despreciables. En resumen: económicamente nos hemos ahorrado el precio de un postre y nutricionalmente hemos salido ganando.
¿Demonizamos entonces la leche enriquecida con calcio?
Nunca. Su consumo puede ser interesante en personas a las que no les gusten los lácteos. Sin embargo, en aquellas personas con problemas óseos, el médico debe valorar la conveniencia o no de utilizar un suplemento puesto que es la forma de garantizar un aporte de calcio correcto. Y que nadie me venga con la historia de que los suplementos no son «naturales», porque si alguien piensa que está bebiendo la leche tal cual se ordeña la vaca, que eche un vistazo a ésto, y llore fuerte. A todas las leches se les retira previamente la grasa para después volvérsela a añadir en la proporción que convenga. Y no hay «enriquecimiento» sin «manipulación». En definitiva, la leche de tetrabrick es tan natural como la sonrisa de la infanta.
El consejo de la boticaria: Ahora que está de moda indignarse con «los cuentos que nos cuentan», estaría bien empezar por lo que nos llevamos a la boca. Comparar siempre los alimentos enriquecidos con los normales, y, ante la duda, poner en cuarentena todo lo que parezca demasiado sencillo.
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Fuentes:
Fundación Española de Nutrición http://www.fen.org.es/imgPublicaciones/31082011130802.pdfAECOSAN.
Disposiciones comunitarias sobre alimentos enriquecidos. http://eur-lex.europa.eu/LexUriServ/LexUriServ.do?uri=OJ:L:2009:314:0036:0042:ES:PDF
http://www.nutricion.org/publicaciones/pdf/nuevos_alimentos.pdfhttp://www.fesnad.org/pdf/Libro_Blanco_FEN_2013.pdf